En las últimas dos décadas, el Paraguay ha vivido etapas con importantes cambios en su economía, superando severas crisis financieras en los noventa y principios del nuevo milenio, ajustes fiscales y de deuda a mediados de la década pasada, y se ha visto favorecida por escenarios externos positivos, que sumados a la estabilidad macroeconómica, propiciaron años de crecimiento notable del PIB y del PIB per cápita.
Tras la caída del gobierno del General Alfredo Stroessner se implementaron diversas medidas de política económica, cuyo propósito fue la liberalización y una mayor apertura de la economía en vista a los magros resultados luego de la crisis de la deuda de los años ochenta. En este contexto, además de los paquetes de medidas de austeridad fiscal y de eliminación de los sistemas de cambio múltiples, las autoridades implementaron una rápida liberalización de las tasas de interés del sistema financiero nacional.
Sin embargo, más que promover un crecimiento ordenado de la economía, las rápidas reformas propiciaron una gran entrada de capitales y crecimiento de la liquidez que sorprendió al sistema financiero nacional. La liberalización financiera careció del timing y de la secuencia correcta de medidas para llevarla acabo, pues no estuvo acompañada por un mejoramiento en la regulación, de los controles financieros de las entidades financieras, ni de la capacidad de supervisión preventiva. En tal sentido, entre los años 1995 y 2002 se produjeron severas crisis financieras que ocasionaron graves consecuencias sobre la economía, y cuyas secuelas se sintieron durante varios periodos. Entre los años 1995 y 2000, el crecimiento promedio de la economía fue de aproximadamente 1,5%; el más bajo de los últimos 20 años.
Fuente: Banco Central del Paraguay.
Además de los problemas financieros, desde 1995 las cuentas fiscales también comienzaron a deteriorarse traduciéndose en un déficit fiscal creciente, que se aceleró entre los años 1999 y 2002, acompañado por problemas de atraso en los pagos de la deuda, tanto interna como externa. El escenario se vio agravado por un contexto regional adverso, significativamente afectado por las crisis del Plan Real de Brasil del año 1998, y de la caja de conversión de Argentina de finales del 2001 (corralito).. Estos factores, sumados a restricciones en la capacidad de gobernabilidad de las autoridades fueron determinantes del pobre desempeño económico.
A partir de 2003 comienza a revertirse el periodo de estancamiento de la actividad económica, con la adopción de importantes reformas que se orientaron sobre todo a la reducción del déficit fiscal y a la reestructuración de la deuda pública, pero también a un mejoramiento en la legislación, adecuación y supervisión del sistema financiero nacional. Asimismo, entre las reforma también se incluyen medidas que condujeron a la adopción de un nuevo modelo de desarrollo agroindustrial, que se presenta correlacionado con fuertes demandas en términos de inversión en capital e infraestructura
Las políticas adoptadas fueron exitosas en impulsar el crecimiento económico y fortalecer la estabilidad macroeconómica, tal es así, que el crecimiento promedio de 5,14% registrado en el quinquenio 2006-2010 fue ampliamente superior al anterior, incluso a pesar de los efectos de la crisis económica mundial y factores climáticos adversos que afectaron a la economía nacional en 2009.
La crisis económica mundial tuvo su epicentro a finales de 2008, pero sus consecuencias más negativas impactaron al Paraguay en 2009. En este año, además de las perturbaciones externas también se sintieron los efectos climáticos adversos, donde una fuerte sequía afectó severamente a la producción agropecuaria. Con ello, la actividad económica medida a través del PIB cayó en un 4%. En el bienio que siguió a la crisis mundial, la economía paraguaya registró resultados positivos, sobre todo en 2010, cuando se alcanzó una tasa de variación del PIB superior al 13%; la más alta del MERCOSUR y una de las más altas del mundo en ese año. Salvo por una nueva caída registrada en el año 2012, motivada por condiciones climáticas y fitosanitarias adversas que afectaron nuevamente a la agricultura y la ganadería, la economía paraguaya ha tenido un comportamiento positivo en la mayor parte de la última década.
Gracias al crecimiento que se ha observado en los últimos años, como se observa en la tabla, también ha aumentado notablemente el ingreso por habitantes del país, medido a través del PIB per cápita. En términos corrientes, en 1995 el país generó un PIB per cápita de USD 1.890; y uno de USD 1.753. Para 2015, estos valores habían aumentado 126,9% y 25,3% respectivamente, hasta USD 4.289 y USD 2.197.
1995 |
2015 |
Variación |
|
PIB (Millones de USD corr.) | 9.072 | 30.038 | 231,1% |
PIB (Millones de USD ctes. 1994) | 8.411 | 15.384 | 82,9% |
PIB per cápita (USD corr.) | 1.890 | 4.289 | 126,9% |
PIB per cápita (USD ctes. 1994) | 1.753 | 2.197 | 25,3% |
Este buen desempeño se debió al auge de precios internacionales de alimentos que dinamizaron las exportaciones y la actividad económica en general, a la estabilidad macroeconómica que como se mencionó, ha venido fortaleciéndose desde los primeros años de la década pasada, y a una creciente inversión en los sectores agrícola y ganadero que han elevado marcadamente su productividad y su inserción en los mercados internacionales.
Tanto la composición sectorial de la actividad económica como de las exportaciones han experimentado variaciones en los últimos años. La actividad agrícola y ganadera ha ido ganando preponderancia liderando a otros sectores dentro de lo denominado comúnmente como agro negocios, tornándose en el motor de la economía.
Sectores | 1995-2000 | 2001-2005 | 2006-2010 | 2011-2015 |
Agricultura | 12,5 | 15,4 | 16,2 | 17,4 |
Ganadería | 4,5 | 5,0 | 5,4 | 5,2 |
Explotación forestal, minería y pesca | 2,2 | 1,8 | 1,7 | 1,3 |
Industria | 13,3 | 12,8 | 11,4 | 10,4 |
Construcción | 3,9 | 3,3 | 3,4 | 3,6 |
Electricidad y agua | 1,4 | 1,5 | 1,6 | 1,7 |
Transporte y comunicaciones | 5,3 | 6,2 | 7,1 | 7,7 |
Comercio y finanzas | 19,0 | 17,8 | 18,0 | 17,9 |
Gobierno | 6,5 | 6,1 | 6,4 | 8,3 |
Servicios y vivienda | 9,9 | 10,1 | 9,7 | 9,6 |
El buen desempeño de la economía paraguaya en los últimos años también ha propiciado el retorno de la confianza de los inversionistas, que se ha traducido en una recuperación en el flujo de entrada de inversión extranjera directa (IED) hacia el país.
Luego de los años de estancamiento y caída de la economía, a partir del año 2006 se ha visto un crecimiento importante en las entradas de IED, que tras una leve caída en el año 2009 a raíz de la crisis mundial, ha alcanzado niveles históricamente elevados que han superado los USD 400 millones en 2012, según datos del BCP.
La distribución de la inversión extranjera entre los sectores económicos no ha cambiado significativamente de un año a otro. Los tres principales sectores captadores de inversión extranjera son la intermediación financiera, el comercio y las comunicaciones. Un sector que ha crecido fuertemente en su capacidad de captar recursos externos es el de elaboración de aceites, en un contexto en el cual la industrialización de productos del complejo granelero se ha venido desarrollando notablemente en el país.
Fuente: Banco Mundial. World Development Indicators. Marzo, 2015.
Otros sectores dinámicos han sido el de transportes, fuertemente relacionado a la producción agrícola, las bebidas y tabacos, y los productos químicos. El sector agrícola y el sector forestal también han sido primordiales captadores de inversiones.
La concentración de las inversiones, en gran medida obedece al hecho de que los inversionistas tienen una tendencia natural a enfocarse en aquellos sectores en los que los países anfitriones tienen ventajas comparativas, que van cambiando lentamente en el tiempo. De ahí que la concentración de la inversión extranjera se presente principalmente en los sectores más dinámicos de la economía paraguaya, y estos precisamente son aquellos vinculados al sector primario.
Además, casi la mitad de la IED total está conformada por reinversión de utilidades, que no cambia de sectores económicos. Es decir, difícilmente las empresas extranjeras de un sector particular reinviertan sus utilidades en otros sectores distintos.
Fuente: Banco Central del Paraguay.
Además de observarse altas tasas de crecimiento del PIB en los últimos 20 años, también se ha apreciado una buena efectividad en el control de la inflación. Esta ha ido convergiendo rápidamente a tasas de un dígito, sobre todo a partir del 2005-2006 cuando el Banco Central comenzó a adoptar un nuevo esquema de política monetaria basado en metas de inflación. A finales de 1995 la inflación acumulada estuvo en el orden del 10%; a finales del 2014 fue de 4,15%, y al mes de junio del corriente año se ha registrado un valor acumulado de 1,45% para la inflación medida a través de la variación del IPC.
Fuente: Banco Central del Paraguay
La reducción en la inflación de los últimos años ha estado acompañada de una tendencia de apreciación del guaraní, que se inició sobre todo desde mediados de la década pasada. Luego de continuas depreciaciones de la moneda en los noventa, el escenario externo favorable y la entrada de capitales que experimentó el país contribuyeron al cambio de tendencia y fortalecimiento de la moneda nacional.
Fuente: Banco Central del Paraguay
Sin embargo, con el fin del ciclo de elevados precios de commodities que ha venido observándose desde hace un par de años y el fortalecimiento de la moneda norteamericana a nivel global, la tendencia de depreciación del guaraní al parecer ha retornado. Si se toma el valor del tipo de cambio de junio del corriente año, y se lo compara con el valor de finales de periodo de 1995, se aprecia que el dólar norteamericano se ha fortalecido en más de Gs. 3.150; lo que en términos porcentuales representa un incremento de casi 160%.
1995 | 2015 | |
Tipo de cambio nominal PYG/USD fin de periodo | 1.979,7 | 5.136,6 |
Variación (Gs.) | … | 3.156,9 |
Tasa de depreciación (%) | … | 159,5% |
Finalmente, debido a la alta dependencia de la producción y exportaciones relacionadas al sector primario que se ha profundizado a partir de la segunda mitad de la década pasada, la economía paraguaya a estado continuamente expuesta a perturbaciones que han incorporado un componente de volatilidad muy elevado a la actividad económica. Este fenómeno podría afectar la capacidad de crecimiento económico de largo plazo, hecho que conlleva dificultades para reducir la pobreza y la desigualdad; más aún si se considera que aún existen restricciones como las debilidades institucionales, que contribuyen a exacerbar los problemas estructurales del país.
Fuente: Banco Central del Paraguay.
En las últimas dos décadas el país experimentó una profunda transformación económica en varios sentidos. De la crisis de la deuda pública de la década de los ochenta, los problemas del sistema financiero nacional de los noventa y la crisis fiscal de finales del siglo pasado y primeros años del presente siglo, la economía logró avances en materia de responsabilidad fiscal, control de la inflación y estabilidad del sistema financiero que propiciaron el escenario para la inversión del sector privado. La transformación económica y el crecimiento de la última década se vió fortalecida significativamente por la inversión en el sector primario que aprovechó el ciclo alto del precio de los commodities a nivel mundial. El mayor crecimiento e ingreso per cápita también permitieron el desarrollo de otros sectores económicos, tales como el de construcción y servicios.
Los desafíos más inmediatos de política económica son la adecuada protección de la solvencia macroeconómica y fiscal mediante el cumplimiento del compromiso de Responsabilidad Fiscal y la reorientación de las principales políticas públicas (empleo, seguridad social, educación, salud, pobreza) para que el crecimiento del sector productivo pueda ser aprovechado por las personas que no pudieron obtener las ventajas de esta transformación.
Fuente del artículo: Deloitte